El guardián verdugo

El guardián verdugo

El guardián verdugo

Primera parte

[…]

Paradójicamente nunca tuve tanta libertad de movimientos y tantas dificultades para ejecutarlos. Un corte certero abrió una gran herida en el abdomen, de inmediato asomaron las vísceras que tuvo que sujetar con las dos manos para que no cayeran al suelo. La sangre caía imparable, al igual que una cascada después del deshielo. Al

minuto el dolor era tan intenso que ya no podía ni tan siquiera notar la brisa fresca del otoño. Mientras mantenía la consciencia, pudo pensar que el guardián verdugo de la guadaña, fue el encargado de realizar ese corte. Pronto pasearían juntos por los tostados campos de trigo, días antes de la cosecha. Todo estaba decidido, “alea jacta est”, ya no queda tiempo para nada más. Un último pensamiento arrepentido, paseaba por su mente; ¿cuántas cosas por aprender?, ¿cuántas cosas por hacer?, ¿cuántas cosas por vivir? El tiempo es oro, quien no entienda eso es que lo está desperdiciando. El guardián verdugo llegará sin avisar, hayas o no concluido tu trabajo.

[…]

Continuará…

01/12/2019 SafeCreative 1912012594134

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